Hace un tiempo, en la casa estábamos en esa lucha diaria contra las pantallas. Si eres mamá o papá, seguro te suena: celular, tablet, tele… y de pronto te das cuenta de que pasó todo el día sin que hubiera mucha actividad física. Yo quería encontrar algo que lo motivara a moverse, pero que fuera entretenido de verdad, no una obligación disfrazada de juego.
La solución llegó casi por casualidad: un scooter con luces LED en las ruedas. Pensé que iba a ser otro juguete que usaría un par de veces y quedaría guardado… pero me equivoqué. Desde el primer día que lo vio —con esas luces que parecen un mini espectáculo cuando avanza—, empezó a pedirme ir a la plaza todos los días. Y lo mejor es que no solo se dedica a andar en scooter: termina inventando juegos, explorando rincones y hasta haciendo carreras con otros niños del barrio.
Las luces son un imán. De día se ven bonitas, pero en la tarde-noche son un verdadero show. Y más allá de lo visual, las ruedas son firmes y suaves al rodar, así que me da tranquilidad que sea seguro. Además, como se ajusta en altura, sé que le va a durar varios años.
Lo que más valoro es que ahora hay un equilibrio más sano: todavía usa la tablet a ratos, pero cada vez elige más salir a jugar afuera. Y esa cara de felicidad cuando encienden las luces… no tiene precio.
Si quieres verlo con más detalle, te dejo el enlace:
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Cuéntame si tus hijos tienen algún juguete que también los motive a dejar las pantallas. Siempre es bueno descubrir nuevas formas de llenar la plaza de risas y movimiento.